La legisladora Laura Velasco presentará este viernes en la Legislatura porteña un informe sobre Becas Alimentarias en el ámbito escolar en la Ciudad de Buenos Aires, realizado por la Universidad Popular Barrios de Pie CABA junto a promotoras y promotores de educación, durante los meses de abril y mayo. Participaron de la encuesta 247 familias de estudiantes que asisten a 65 instituciones educativas de distintos niveles -inicial, primario y secundario- en las Comunas 1, 4, 7, 8, 9 y 15.

El relevamiento demostró que 1 de cada 2 familias recibe beca alimentaria, de las cuales el 15% está en nivel inicial, el 70% en nivel primario y el 15%, en secundario. Respecto a las viandas, el 64% de las familias dijo estar disconforme, mientras el 77% cree que la calidad podría mejorar. Por último, más de la mitad contestó que no recomendaría la alimentación que sus hijxs recibe en el ámbito escolar.

“En la Ciudad de Buenos Aires necesitamos fortalecer las políticas alimentarias, pero lamentablemente, con un presupuesto de 2 billones de pesos para este año, el Gobierno porteño decidió ir en sentido contrario. No sólo recorta la asistencia a comedores y merenderos comunitarios, sino que subejecuta la asignación presupuestaria destinada a viandas escolares”, aseguró Velasco, quien preside la Comisión de Promoción Social e integra la de Educación en la Legislatura.

Y agregó: “Las empresas concesionarias siguen prestando el servicio y renovando sus contratos con el Gobierno porteño a pesar de haber sido denunciadas por la pésima calidad de las viandas escolares que han llegado, incluso, en mal estado a las escuelas. Además, los propios estudiantes nos han contado que debe elegir al momento de repartir las viandas a quién darle y a quién no –en muchos establecimientos lxs alumnxs de los últimos años son quienes tienen a cargo esta tarea-, ya que la cantidad que reciben las instituciones no es suficiente”.

En la Ciudad de Buenos Aires, sólo 4 de las 1783 escuelas de gestión pública autogestionan el servicio de comedor; las demás lo cubren a través de convenios con empresas privadas. El almuerzo está arancelado, es decir, que sólo acceden aquellas personas que pueden pagarlo. Quienes no, deben demostrar que son lo suficientemente pobres como para acceder al sistema de becas, que puede ser total o parcial, según los ingresos familiares. Debe solicitarse todos los años de manera online. “Queda claro que este sistema no considera a la alimentación como parte fundamental del derecho a aprender. La universalización permitiría que todos los estudiantes reciban la misma cantidad y calidad de alimentos”, manifestó la legisladora del FdT.

En febrero, Velasco presentó un relevamiento sobre la salud nutricional de niños, niñas y adolescentes de barrios populares, el cual concluyó que el 51% sufre malnutrición, elevándose esta cifra a 61% entre los 6 y 10 años, plena edad escolar. “No es casual la coincidencia en donde se dan los mayores niveles de malnutrición y el nivel educativo donde más cantidad de becas hay”, advirtió Velasco.

Y completó: “La beca alimentaria es un derecho que viene a garantizar una buena alimentación, indispensable para poder aprender. Y en un contexto de crisis y de índices de malnutrición graves en nuestras niñeces y adolescencias más vulnerables, tal como tenemos en la Ciudad, se vuelve fundamental”.